Cuando el fútbol no tapa la violencia

 Cuando el fútbol no tapa la violencia 



Aproximadamente en el año 100 D.C el poeta romano Décimo Junio Juvenal hizo referencia a lo que para él era una actitud reprochable del pueblo romano: olvidarse de su deber de involucrarse y ser sujetos activos del aparato político de la época. Su frase: “nunc se continet atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses” que solemos traducir vulgarmente como “denle pan y circo al pueblo” parece más vigente que nunca, y en el país del sagrado corazón de Jesús es un mantra diario. Con la cancelación de la Copa América en nuestro territorio muchas cosas quedaron claras, pues el gobierno que tanto predica la defensa de los Derechos Humanos, terminó priorizando un evento deportivo por encima de las peticiones de miles de manifestantes que desde el inicio de la pandemia, perdieron su empleo, no estudian y, lo peor, no pueden siquiera vivir dignamente. 


Juvenal quizás no llegó a imaginarse que su frase sería tan repetida miles de años después y que, lastimosamente, se adoptaría para describir a gobiernos dictatoriales e ineptos que quisieran tapar la sangre de miles de víctimas con un espectáculo deportivo. Estos tiempos violentos son justos para preguntarnos: ¿El show debe continuar? ¿Es más importante el fútbol que la reivindicación de movimientos y sectores que han sido históricamente ignorados y a los que la pandemia les terminó condenando su esperanza de vida? 


Ya a unos meses de la muerte del Diego, confirmamos que su predicción era equivocada, porque al final “la pelota si se manchó” al menos, en nuestro fallido intento de democracia.




No era la primera vez que el fútbol fungía de cortina de humo


Al hacer un breve chequeo sobre los antecedentes del penoso evento que fue la cancelación de la Copa América 2021, no debería desconcertarnos que el inicio del fútbol como circo coincide con el comienzo de la violencia bipartidista. Ospina Pérez supo que la respuesta a la muerte de Gaitan no era otra sino dar fuerza al fútbol, y el 27 de junio de 1948 fue fundada la DIMAYOR (División Mayor del Fútbol Profesional Colombiano) siendo nutrida por equipos -que hasta aquel momento habían jugado de manera aficionada- de Bogotá (Santa fé, Millonarios, Equidad); Medellín (Medellín, Huracán, Municipal, Victoria); Cali (Cali, América y Boca Junior); Barranquilla (Junior); y Manizales (Caldas y Once Deportivo). De esta forma -y en medio de la cruenta violencia del Bogotazo, las protestas en todo el país y los disturbios generalizados- el pueblo, al menos, tenía un poco de entretención para evitar más de lo mismo. No importó mucho que Santa fé fuese el primer campeón, pues la ola de violencia que tuvo el país en los años posteriores superaría cualquier racha de victorias y cualquier título invicto.


Este inicio, sin embargo,  sólo era un abrebocas de lo que acarrearía el fútbol en la política colombiana, pues, unas décadas después, Belisario Betancur tuvo que renunciar ante la utópica proposición de Colombia para ser la sede del Mundial de Fútbol del año 1986 (1). El mandatario tuvo que rectificar la imposibilidad de subsidiar 12 estadios con capacidad para 40 mil personas, 2 estadios con capacidad de 80 mil personas para la inauguración y la clausura, además de otros escenarios deportivos que eran mínimos para el desarrollo de la Copa. Era de esperarse, pues para aquel momento el gobierno se enfrentaba a una economía regresiva, a una Costa Pacífica devastada por el desastre de 1979, y a un arduo conflicto con el M19. El evento que tuvo como protagonista al Diego en Ciudad de México no sólo fue recordado por aquella legendaria demostración de fútbol y pasión, sino por ser -en lo Nacional- la muestra de que el fútbol no podía ser el tema central cuando la violencia desbordaba nuestras capacidades y la crisis era generalizada.


Los incendios se apagan en silencio..


La trágica e ignominiosa gobernanza de Betancur quizás sea recordada por la “renuncia” de Colombia a ser la sede del Mundial de Fútbol de 1986, no obstante, es un deber rememorar con melancolía dos hechos que marcaron su gobierno y la vida de miles de personas en el país: la Toma del Palacio de Justicia (el 6 de noviembre de 1985); y la Tragedia de Armero (el 13 de noviembre de 1985). Nos concentraremos en el primero de estos, siendo el protagonista de uno de los eventos de censura más escandalosos de la Historia Periodística de nuestro país.


La Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre o comúnmente denominada como la Toma del Palacio de Justicia, tuvo un presunto saldo de 101 muertos, en los que se encontraban once magistrados, trabajadores del palacio y miembros del M19. Este hecho que se desarrolló entre el 6 de noviembre (desde el mediodía) hasta el 7 de noviembre es popularmente conocido por la desaparición forzada de once trabajadores de la cafetería del Palacio por obra de las Fuerzas Militares, comandadas por el Coronel Luis Alfonso Plazas Vega. Sin embargo, es poco conocida la injerencia que tuvo la Ministra de comunicaciones de aquel momento, Noemí Sanín Posada (2) quien al conocer de la petición de Inravisión por cubrir el evento, hizo un llamado a la “calma chicha” y solicitó la transmisión del partido entre Millonarios y Unión Magdalena, el cual fue la cortina de humo perfecta para esconder el incendio que ocurría en las inmediaciones de la Plaza de Bolívar y censurar a medios como Noticiero 24 Horas, Noticiero NacionalNoticiero TV Hoy.


La hoy ex ministra alegó “daños” sobre la imagen del gobierno de aquel momento, sin escuchar las denuncias que hicieron los periodistas Yamid Amat, Juan Gossain, y decenas de comunicadores que intentaron llevar la información sin censura. 


Si piden medicamentos y soluciones: ¡Démosles fútbol!


De esta forma podríamos seguir con el tejemaneje que ha significado la cercanía del fútbol a la política en Colombia que, sin llegar a olvidarlo, vio cómo a  finales de los 80 y en el desarrollo de los 90 el deporte era el escenario perfecto para el lavado de activos y el enriquecimiento ilícito. De esta forma, no sería sino hasta la Copa América del 2001 cuando veríamos uno de los espectáculos más vergonzosos del último tiempo: el único logro del gobierno Pastrana -si, el mismo que se quedó esperando en el Caguán- sería la obtención de una escuálida Copa América sin Argentina (3) -quien renunció por motivos de seguridad- y de Brasil -quien envió una selección suplente por el mismo motivo-.


El triunfo de Córdoba y Aristizabal fue opacado por una realidad social marcada por la violencia de principios de siglo, con un gobierno que se enfrentaba a las FARC como podía y que estaba sufriendo los rezagos del narcotráfico en las localidades más vulnerables del territorio. Aún cuando parezcan lejanos esos triunfos solo al desarrollar un análisis retroactivo de lo sucedido a principios de siglos, podemos corroborar que  la victoria de Alvaro Uribe Veléz  las elecciones del año 2002 fue el autogol más doloroso de nuestra historia -si, más doloroso que el autogol de Andrés Escobar en 1994- y que terminaría influenciando la Historia Política de todo el siglo XXI.


El fútbol y el número de muertos siguió creciendo en el país con la llegada de Uribe Vélez  aunque, seguramente, la mayoría recuerda mejor la Libertadores del año 2004 de Once Caldas que los desplazamientos forzados de principios de siglo o que los mal llamados Falsos Positivos; sin embargo, hay momentos donde el Show no puede continuar y es necesario establecer prioridades sobre aquello que alberga nuestro pensamiento. Basta recordar que para mitad del año 2020 el ahora expresidente Uribe hacía un llamado a la vuelta del Fútbol, aún cuando la mayoría de equipos no contaban con protocolos aptos para el retorno al campeonato y los hinchas estaban más ocupados sobreviviendo a una pandemia que recién estaba teniendo su pico más alto y que significó la miseria para muchos colombianos. Dado todo lo mostrado, podríamos preguntarnos:


¿Íbamos a dejar que se realizara otra Copa en medio de la crisis?


No, no lo íbamos a permitir. En parte porque el 21 de mayo del 2021, la CONMEBOL se manifestó ante los eventos violentos presenciados en Pereira y Barranquilla por Copa Libertadores, y aseguró que las condiciones sociales y de orden público no eran aptas para el desarrollo de una copa con “todas las de la ley”. Y aún cuando el mandatario Colombiano y su comitiva apelaron la decisión y solicitaron la postergación de la copa, era innegable el deshonroso escenario de desgobierno que marcaba nuestra realidad. Pues, sólo después de casi 7 semanas de intensas manifestaciones que han dejado un saldo de 43 homicidios, 1648 victimas de violencia física, 70 victimas de agresiones oculares y  28 victimas de violencia sexual (*), podemos constatar que el circo no siempre es la solución ante la crisis, y debería ser un imperativo ético social la cancelación de cualquier actividad, sea trabajo, estudio, conciertos o partidos de fútbol.


No queda duda, al menos hoy, que nuestro país tiene un récord tenebroso en lo que tiene que ver con censura y violaciones de la libertad de prensa y de Derecho Humanos; sino que, además, hoy más que nunca somos llamados a no cantar tan alto los goles de nuestra selección cuando juegue, ni a pelearnos con nuestro vecino si es de un equipo diferente. Hoy el llamado parece ser a  la unidad -y no esa repudiable idea de patriotismo por alentar a 11 futbolistas que corren detrás de un pedazo de caucho-, sino a una unidad contra la injusticia, contra el hambre y contra la corrupción, pues aunque algunos parezcamos muy hinchas de equipos que acompañamos toda la vida por la tele y en el estadio, hoy sabemos que no queremos ni circo ni pan como decía Juvenal, dado que hay momentos en los que el fútbol no tapa la violencia. 


Eduar Alberto Vargas González





Lista de referencias

(1) ESPN (03/05/2018). Colombia renunció a la sede del Mundial 1986. Recuperado el 17 de junio del 2021. https://www.espn.com.co/futbol/mundial/nota/_/id/4264765/colombia-renuncio-a-la-sede-del-mundial-1986

(2) Para entender la versión de Sanín sobre estos hechos, véase: https://www.elespectador.com/judicial/noemi-sanin-su-version-del-holocausto-del-palacio-de-justicia-article-614357/

(3) Franco Macchi (26/04/2020) La historia de la ausencia de Argentina en la Copa América de Colombia 2001, en ESPN.COM. Recuperado el 17 de junio de 2021. https://www.espn.com.co/futbol/mundial/nota/_/id/6878308/la-historia-de-la-ausencia-de-argentina-en-la-copa-america-de-colombia-2001

(*) Cifras actualizadas de ONG Temblores para el 16/06/2021



Comentarios

  1. Excelente ejercicio investigativo y periodístico, deberías publicar un artículo académico sobre esto, no tengo dudas de que tendría buena acogida.

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  2. Excelente artículo, duelale a quien le duela,felicitaciones.

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