LA CASA DE LOS CAMPOS (o la vida tormentosa de Pino Vallejo e Hilda Campos)
LA CASA DE LOS CAMPOS (O la vida tormentosa de Pino Vallejo e Hilda Campos) Eduar Alberto Vargas González PRIMERA PARTE REMEMBRANZAS Cuando mis ojos miran hacia dentro mi mente se nubla. Desaparezco sobre mí mismo y me convierto en una caricatura. La sombra de un sonido que ya fue, la cicatriz de una puñalada. Soy lo que soy por la dureza con la que mis ojos miran mi vulnerabilidad. I Sobre la superficie de la mente de Hernando, toneladas y toneladas de recuerdos se amontonaban. Por supuesto, el portallaves, la llama encendida en la cocina, dos calabazas y una tostada, sobre el mesón de la cocina, mientras inevitablemente su memoria se colmaba de olvidos. - “Repite conmigo”, decía Hernando, “apaga la llama”, “apaga la llama”, “apaga la llama… ¿Alguien me llama a la puerta?” “Vamos a ver la entrada, Hernando”. Daba un paso sobre la chancleta casi rota y se molestaba con su destino: “Hijueputa cotiza vieja, ni pa’ correr me sirves ya”. Se la quitó. Decidió circundar