Sancocho electoral
Sancocho electoral Los ánimos se exaltaron de un momento a otro. La muchedumbre alentaba más fuerte a los títeres que a los mentirosos, y parece ser que la voz al unísono coreando el nombre del cerdo generaba más estruendo que el sonido de los disparos y la pólvora del barrio contiguo. Mientras la mayoría de las familias de Villa Polombia pasaban hambre en medio del bullicio, nuestros agraciados comediantes de la política se reunían para venerar sus sublimes candidaturas. Todo se dio en casa de Gustavo, siempre tan analítico y calculador, y frente a la de su amigo Bolívar, quien no dejaba de festejar ser la cabeza del Pacto hacía el Senado y sus logros en la primera línea. Muchos querían tamales, buñuelos, natilla, galletas y otros; sin embargo, era año de elecciones, por lo que terminaron cocinando cerdo a la parrilla. Las familias verdes no estuvieron de acuerdo con aquella proposición culinaria, pues preferían delfín en salsa. Claudia y María Angelica dominaban la manzana circu